(DIVULGAÇÃO/EFE)
El consumo de dulce de leche es, detrás del mate, una marca en el orillo para los uruguayos y la falta del alimento nacional en Brasil, secuestrado por las autoridades locales, puede llegar a ser considerado un "boicot" a la participación celeste en el Mundial.
Como es habitual en este tipo de competencia de largo aliento, las delegaciones trasladan decenas de kilogramos de los alimentos más típicos y que en muchos casos son de difícil acceso, cuando no imposibles de conseguir pese a la globalización, fuera de casa.
Tal fue el caso de 39 kilogramos de dulce de leche, casi un kilo por cada integrante de la delegación, que los uruguayos transportaron hasta Brasil, según señalaron a Efe fuentes próximas a la delegación.
Sin embargo, aparentemente, no se tuvo en cuenta que para el ingreso al país de determinados alimentos los trámites administrativos y las restricciones aduaneras son bastante mas firmes que para otros.
Así el dulce de leche, que además de rico tiene propiedades que pueden preparar mejor a los deportistas de elite para el esfuerzo o ayudar a su recuperación física tras realizarlo, según algunos expertos, en este caso no llegó hasta la concentración.
Sin el "energizante" dulce de leche, Uruguay perdió por sorpresa en el debut mundialista 1-3 frente a Costa Rica el pasado día 14.
El propio capitán de Uruguay, Diego Lugano, admitió que al equipo "le faltó resto físico" para intentar dar vuelta el marcador cuando los ticos pasaron al frente.
Pensar que esa falta de energía puede estar relacionada con la ausencia de dulce de leche parece un poco osado, pero la hipótesis quedó sobre la mesa.
Mañana, también acusando la ausencia del ya famoso dulce de leche, Uruguay se verá las caras frente a Inglaterra en partido decisivo para las aspiraciones de ambas selecciones de seguir vivas en el Mundial.
Mientras, debidamente envasada para viaje, la dulce carga permanece en el aeropuerto de Confis, próximo a Belo Horizonte y Sete Lagoas, donde los celestes montaron su cuartel general, a la espera de que se solucionen los requisitos administrativos o, de lo contrario, los uruguayos lo lleven de regreso a Montevideo sin superar los trámites aduaneros.